okonomiyaki en Londres

Mi amiga Patricia, antes de irnos Kaco y yo de viaje a Londres nos recomendó un sitio para comer una comida japonesa deliciosa, llamado Abeno. El caso es que no fue una de las prioridades del viaje, los que me conocen saben que mi intención era visitar el Chelsea Flower Show y el resto ya se iría viendo. 
Bueno pues el sábado día 29 de Junio de 2010 fue un día glorioso. Después de visitar un jardín japonés nos acercamos a la zona del British Museum y entramos en el restaurante Abeno. 
Sinceramente no era un restaurante que llamara especialmente la atención desde fuera. Una vez dentro una mujer de unos 50 años nos sento en una mesa con una plancha reluciente en el centro de la misma. A partir de ahí empezaba nuestra aventura sensorial.
Pedimos algunos entrantes, como verduras con salsa Goma, giozas con esparragos, tempura y Okonomiyaki especial Abeno.
Mientras esperabamos la mesa de al lado con una pareja japonesa nos tomaba la delantera, como se puede ver en la imagen, la camarera iba haciendo unas giozas.

Cuando nosotros acabamos los entrantes, vino esta misma camarera a hacernos nuestro plato más esperado Okonomiyaki Abeno. Como se puede ver esta es el plato sin hacer, y listo para empezar a utilizar la plancha.
A medida que se iba haciendo la base se iban añadiendo cada vez más y más ingredientes.

La cara de kaco iba siendo cada vez más y más sonriente. No sé si podreis imaginaros el olor tan sabroso que despedia nuestra comida. Iba siendo una ceremonia. Casi como la ceremonia del té, donde ves como se van añadiendo los ingredientes poco a poco para después saborear con más intensidad los alimentos.




Finalmente los ingredientes que coronaba el okonomiyaki fueron verduras, desde raiz de loto, cebolla, esparragos, ajo e incluso algunos langostinos.
Después de eso, la camarera japonesa nos añadió las salsas, que ya fue el culmen de todo.





Finalmente nos lo comimos. El sabor era rico rico. Y además nada pesado pues a la hora de terminar de comer, ya tenía ganas de tomarme otro. Que tendrá que ser en otro momento.
Durante la comida no hice más que pensar en Patricia, puesto que gracias a ella pude volver a comprobar que la gastronomía japonesa es muy rica, intensa, e increible. En este post deseo que Patri, se pueda ir a Londres para probarlo.

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